Hoy en día lo primero que nos encontramos al entrar en El Capricho es esta plaza circular, sin embargo, originalmente la entrada se hacía por el palacio, es decir, por el extremo opuesto.
Esta es una plaza de toros de talanqueras, no es una plaza monumental, si no que a través de unas vallas se podía montar y desmontar el coso.
Nos encontramos cerca de la Cañada Real que utilizaba el ganado para llegar a Madrid. Esto incluía los toros de lidia que se criaban en la vega del Jarama y se dirigían a la Plaza de Toros de Madrid, siendo el Capricho un descansadero para estos toros.
¿Por qué hay una plaza de toros dentro del jardín?
Los duques de Osuna eran aficionados a la lidia, como gran parte de la nobleza de aquella época, que aprovechaban las corridas para sociabilizar, ver y ser vistos.
Para ver las corridas importantes, los duques irían a la Plaza de Toros de Madrid, que por aquel entonces estaba situada cerca de la Puerta de Alcalá. Pero además de esto, realizarían novilladas en su “Capricho”, aquí sus invitados podrían participar, siendo dirigidos por toreros famosos de la época, contratados por los duques para amenizar sus jornadas.
